Como ingeniero de proyectos farmacéuticos en QbD, cada día es diferente. Más aún cuando se visita un país muy diferente al nuestro. El mes pasado viajé a Japón para visitar Mitsubishi Tanabe Pharma Company (MTPC), donde estamos llevando a cabo un proyecto de buenas prácticas de distribución (GDP) con uno de nuestros socios. MTPC tiene varios clientes europeos y la empresa tiene que cumplir las normas europeas sobre PIB, ya que todavía no hay normas japonesas sobre PIB. Visité MTPC para hablar de las normas GDP con la empresa, echar un vistazo a su documentación relativa a la norma y hacer un inventario de los requisitos que la empresa necesita para cumplir las normas GDP. En otras palabras, un análisis de las deficiencias.
Mi viaje a Japón demostró por qué es importante que un ingeniero de proyectos farmacéuticos visite empresas, en lugar de limitarse a hablar con ellas por correo electrónico o por teléfono. Gracias a mi viaje, ahora entiendo perfectamente por qué nuestros colegas japoneses tenían algunas dificultades para entender el principio de los muelles de carga para camiones, por ejemplo. Como los camiones en Japón se abren por ambos lados -en lugar de por la parte trasera, como en Europa-, no utilizan un muelle de carga para cargar y descargar los vehículos. En cambio, los camiones entran en una fábrica o almacén. Otro ejemplo es el hecho de que hemos hablado mucho sobre el sellado y la protección contra manipulaciones, pero las cosas quedaron mucho más claras cuando vimos los envases japoneses en el almacén con nuestros propios ojos. En resumen, sólo viendo los almacenes en la vida real, pudimos analizar a fondo sus actividades y asesorar sobre el cumplimiento de la empresa.
Además de ver las actividades con tus propios ojos, también es importante visitar las empresas para darte cuenta de que las cosas (como la automatización) en otros países difieren de Bélgica. En Bélgica, muchas empresas farmacéuticas se benefician de la automatización de sus entornos de producción. Las empresas japonesas, en cambio, son menos conscientes de las ventajas de la automatización de la logística, por ejemplo. La preparación de pedidos, la gestión de las existencias, el control de la temperatura: todo está preparado para que se automatice, pero en Japón no parecen confiar en la automatización. Un ejemplo: además del sistema electrónico, un hombre viene dos veces al día a medir manualmente la temperatura del almacén con un termómetro. A partir de esas mediciones, el sistema de climatización se ajusta…
Aunque algunos procesos (de automatización) en Japón nos parezcan un poco contradictorios a los europeos, el país demuestra tener un gran conocimiento de la automatización. Segundos antes de un terremoto, recibí automáticamente un mensaje de móvil, ¡en holandés! – con una alarma de terremoto. Bueno, eso es lo que yo llamo automatización.