Hoy en día, las normativas sobre productos sanitarios y medicamentos son muy estrictas en cuanto a los documentos que describen los beneficios y el perfil de rendimiento y seguridad para la evaluación clínica continua a lo largo de la vida útil de estos productos.
Redacción médica es el término general altamente especializado que agrupa la experiencia en la elaboración de estos documentos de acuerdo con los requisitos. Sin embargo, cada documento y cada producto requieren un enfoque diferente.
Un redactor médico combina el talento creativo de un escritor con el ojo detallista y crítico de un científico. Los fabricantes de dispositivos médicos y productos medicinales no siempre tienen a mano este tipo de empleados, ya que estos conocimientos específicos tardan años en adquirirse.
¿Qué tipos de proyectos de redacción médica existen?
No hay una respuesta sencilla a la pregunta "¿Qué hacen los redactores médicos?".
La creación de diversos documentos relacionados con productos sanitarios o medicamentos, en función del ciclo de vida del producto, la normativa y el público definido, requiere una visión y un conocimiento profundos de la ciencia, la tecnología y la normativa aplicable.
La redacción médica suele definirse en distintos tipos en función de los factores mencionados.
1. Redacción médica regulatoria
La redacción médica regulatoria es el tipo más conocido de redacción médica, especialmente en el campo de los medicamentos, donde durante muchos años, se ha pedido a los redactores médicos que preparen los documentos necesarios para el desarrollo de medicamentos, generalmente protocolos de ensayos clínicos, actualizaciones de seguridad o informes de estudios clínicos. Esto también se conoce como Redacción Médica Clínica. Además de esto, a menudo se solicita consultoría en expedientes de aplicación de marketing para apoyar la redacción del CTD.
Pero también en el caso de los productos sanitarios, se requiere una amplia gama de documentos para la comercialización y la postcomercialización, como los planes e informes de gestión de riesgos, los planes e informes de vigilancia posteriores a la comercialización y todos los documentos relacionados con la evaluación clínica de estos productos. Desde la introducción del Reglamento de Dispositivos Médicos, particularmente este último se ha vuelto muy analizado.
2. Comunicaciones científicas
Las comunicaciones científicas generalmente también entran dentro del alcance de los proyectos de escritura médica. Esto abarca la difusión de información científica sobre medicamentos o dispositivos médicos a una variedad de audiencias, por ejemplo, escribiendo artículos para compartir los resultados de un ensayo clínico en revistas revisadas por pares, pero también incluyendo resúmenes y pósteres para conferencias o incluso presentaciones de PowerPoint para simposios. Por lo general, el redactor médico redacta el documento para su revisión por y en nombre del primer autor de la lista.
Con fines educativos o de marketing, los fabricantes exigen regularmente comunicaciones científicamente sólidas, en las que participan redactores médicos para producir los contenidos, lo que da lugar a folletos, documentos técnicos, entradas de blog, sitios web, etc. Si bien el conocimiento científico sigue siendo muy necesario, el lado creativo del escritor médico es necesario para crear materiales más populares y comprensibles.
3. Educación del paciente
La educación del paciente se ha vuelto cada vez más importante al tener toda la información disponible al alcance de la mano. Los fabricantes de productos sanitarios deben asegurarse de que se produzcan los materiales educativos adecuados para que los pacientes y los consumidores puedan entenderlos, sin minimizar la importancia de la ciencia que hay detrás.
Dado que la terminología médica y los datos científicos son la base de cualquier proyecto de redacción médica, creemos que un redactor médico debe tener como mínimo un título universitario en biomedicina o ciencias de la vida. Un redactor médico no puede ser especialista en un tipo de campo médico, sino que debe ser capaz de comprender el concepto fundamental de cualquier área de la medicina. Además, la interpretación de datos científicos y resultados estadísticos es fundamental para poder extraer conclusiones precisas.
Las normativas y directrices dictan la estructura y el contenido de muchos documentos necesarios, por lo que el redactor médico debe conocer y comprender a fondo estos requisitos, así como tener un buen conocimiento del proceso de desarrollo de medicamentos y productos sanitarios.
Pero la capacidad de escribir es siempre crucial, ya que es responsabilidad del redactor médico producir documentos gramaticalmente precisos y técnicos en el lenguaje científico apropiado para la audiencia específica. El inglés se acepta como lengua estándar para la redacción médica y requiere un alto nivel tanto de lectura como de escritura.
La redacción de un documento también requiere una sólida experiencia con programas informáticos de formateo y edición para producir información científica presentable que pueda distribuirse electrónicamente o imprimirse.
¿Cómo puede ayudarte QbD Clinical?
En QbD Clinical contamos con un equipo dedicado de redactores médicos brillantes y experimentados con una sed inagotable de conocimientos.
Al inicio de un nuevo proyecto, nuestro redactor médico consulta a los departamentos de calidad, reglamentación y asuntos médicos de QBD, realiza una investigación en línea y fuera de línea sobre el producto y su campo médico, implicando a expertos clínicos cuando es necesario, y comienza la redacción de los documentos según las normativas y directrices requeridas.
Como fabricante, tu aportación es crucial, ya que es quien mejor conoce su producto y, por tanto, una estrecha colaboración aporta los resultados deseados. El control de calidad interno y los ciclos de revisión externos acabarán por dar como resultado un documento final que cumpla las normas más exigentes.