Imagínate guiar a alguien a través de las innumerables funciones de Excel en un manual escrito. ¿Por dónde empezar? ¿Por lo básico, como abrir el programa y crear documentos? Garantizar la comprensión es clave, quizá con instrucciones paso a paso, capturas de pantalla o diagramas. Aquí entra en juego la redacción técnica.
La escritura técnica va más allá de los manuales; se trata de elaborar contenidos claros y comprensibles para cualquier público, independientemente de su formación. Esta habilidad es crucial, sobre todo en campos muy regulados como la farmacia, la biotecnología y los dispositivos médicos. La claridad minimiza los errores humanos, mejora la calidad de los procesos y es vital para las auditorías y el análisis de errores. Los documentos deben ser completos y pertinentes durante mucho tiempo.
¿Por qué es tan importante la redacción técnica?
Hay dos razones principales por las que la redacción técnica es tan importante.
En primer lugar, cuando se trabaja en entornos muy regulados, incluidos los farmacéuticos, biotecnológicos o de productos sanitarios, hay que asegurarse de que los documentos sean claros para el público al que van dirigidos. Si los procesos son claros y no se prestan a malas interpretaciones, se puede minimizar el riesgo de errores humanos y garantizar así un proceso más cualitativo.
En segundo lugar, una documentación exhaustiva es crucial en caso de auditorías o errores, para explicar y analizar qué pasos se dieron, qué salió mal y cuál fue el enfoque correcto, por ejemplo. Esto significa que los documentos técnicos o manuales no sólo deben incluir los pasos para llegar a un determinado resultado, sino también los pasos para poder explicar ese resultado concreto. Además, estos documentos deben poder utilizarse durante un periodo más largo, de hasta cinco, diez o incluso veinte años.
Redacción técnica: qué hacer y qué no hacer
Tanto si es usted redactor técnico como si no, hay algunas normas que debe tener en cuenta cuando se dedique a la redacción técnica.
1. No esperes tener conocimientos previos
Un error muy conocido entre los redactores técnicos es suponer que el público al que se dirigen ya tiene conocimientos previos sobre un tema. No hagas referencia a otras cosas, ni te saltes ciertos pasos, sólo porque creas que es evidente.
2. Mezcla texto y elementos visuales
Si tu público objetivo tiene que hacer clic en un icono, es mucho más eficiente implementar un visual de ese icono específico, en lugar de describir este paso en varias frases. En general, los elementos visuales son menos susceptibles de malinterpretación que la información textual.
3. Utiliza un lenguaje sencillo y cotidiano
Intenta ser lo más claro, directo y neutro posible, y ten siempre presente a tu público. Si es posible, planifica una fase de revisión con alguien de tu grupo destinatario para averiguar si tu documento es suficientemente accesible. Y evita utilizar jerga técnica.
4. Presta atención a la estructura
Por ejemplo, utilizando viñetas para resumir los distintos pasos del proceso. También debes asegurarte de utilizar fuentes legibles y un diseño claro y profesional. Si escribes documentos o manuales más extensos, considera la posibilidad de añadir un índice o anexos.
5. Revisa el documento con regularidad
La creación de documentación técnica suele ser un proceso continuo. Asegúrate de revisar con frecuencia tu documentación para evitar que se cuelen pequeños errores y garantizar una información impecable.
Más información sobre redacción técnica
Afortunadamente, la redacción técnica no es ciencia espacial. Se trata de utilizar el sentido común. Sin embargo, debemos ser conscientes de la importancia de unas buenas habilidades de redacción técnica.
Por eso QbD ofrece formación práctica en redacción técnica. Incluye ejercicios, errores típicos, debates y muchos ejemplos. Porque creemos que todo el mundo posee la base de las habilidades de escritura técnica.